jueves, marzo 25, 2021

Lemonhead

 Hay cabezas de todo tipo, pero los muy calvos nos dan la posibilidad de ver la forma de la cabeza en su verdadera realidad. El pelo oculta y suaviza formas, iguala. El pelo es un filtro que disimula y esconde, quizá por eso, en general, se tiene miedo a la alopecia. No es, quizá, tanto un tema del cabello en sí, sino que destapa nuestra crisma, revela nuestro craneo, esa forma de nosotros que hasta nosotros mismos desconocemos. La cabeza del que vamos a describir forma parte de ese grupo de cabezas calvas que nos muestran una forma que creíamos imposible. Vista de golpe tiene forma de limón gigante, pero claro, los rasgos de la cara, nos alejan de la fruta, porque ninguna fruta tiene ojos o nariz. Esta cabeza se hace larga en el tramo más alto, como si se hubiera estirado. Es una cabeza grande, que roza el gigantismo, pero ese tramo que va desde las sienes hacia arriba se hace extremadamente estirado, casi caricaturesco. Es una cabeza que parece dibujada para un cómic algo divertido, un cómic con una buena dosis de humor destartalado o absurdo. Esa cabeza, sin embargo, hace contraste con la nariz de halcón. Una nariz fina, que parece mal pegada. No son proporcionales la nariz y la cabeza. No juegan en el mismo terreno. No combinan. Sin embargo, la cara tiene una personalidad muy marcada, quizá por eso. Quizá porque el resto de rasgos acompañan o unifican. Hacen la función que el pelo inexistente ya no hace, filtran todo el rostro y dan un resultado marcado, una cara que se queda fijada, que evocas con facilidad. No sé a qué se dedica, a veces creo que es portero de la clínica privada, otras veces una especie de celador, otras veces sospecho que trabaja en la administración. Lo cierto es que la clínica tampoco sé muy bien qué es. Es un local que se anuncia como tal, clínica privada, pero poco más. No sé si pertenece a un seguro o algún tipo de colegio profesional. No sé que especialidad cubre. El edifico es espantoso. Esos edificios más modernos, de estética fugaz, fugaz porque se construyeron una década muy concreta y nunca más se hicieron y nunca mas volverán. Un intento de modernidad que se hizo desmoderno (creo que me invento la palabra) en seguida, que se colaron en medio de los centros urbanos de toda España incluso en muchos pueblos. ¿Qué pintan esos edificios? ¿Quién aprobó esas construcciones? Alguna vez me contaron de cierto plan urbanístico de finales de los sesenta o setenta o no plan, sino desplan (también me invento esta). Los centros urbanos de los pueblos dejaron de estar protegidos y aparecieron esas construcciones atroces. La clínica es uno de esos edificios. El hombre siempre deambula por ahí, le veo con frecuencia en la salida del parking fumando, casi siempre o solo o a veces con una chica que lleva uniforme de enférmera. Cuando está solo fuma con más prisa, cuando está con la chica fuman riendo, charlando. Da la impresión que chismorrean sobre alguien de ahí dentro. A veces le veo sacando los cubos de basura, otras veces le veo, y alguna vez me ha asustado, asomado en una ventana con los cristales ahumados, sólo le veo cuando paso justo al lado e la ventana y veo ahí, de repente, la cara, la cabeza, la nariz. Si ni tuviera más datos sospecharía de alguien de extrema derecha, presumiblemente homófobo y basta xenófobo. Esto podría ser intuición, seguramente prejuicio. Porque jamas le he escuchado hablar, salvo de lejos, en frases indescifrables. Hace un par de años,  iba caminando una tarde noche de invierno a tres o cuatro manzanas de la clínica. Una calle poco transitada. Vi abrirse la puerta de una sauna en la otra acera,  y le vi salir subiéndose la bragueta. La imagen me dejó desconcertado, porque no le imaginaba usuario de esos lugares. Miró a los lados y se puso a caminar, no estoy seguro de que me viera, o si me veo, creo que soy una persona en la que jamás ha reparado. Igual que yo me he fijado en él, es posible que él, jamás, haya reparado en mi. 

No hay comentarios.:

Mi lista de blogs

Afuera