jueves, enero 10, 2019

Argumentos

Ni siquiera tengo dominio de mi pensamiento, que en el fondo es lo que soy o lo que debería ser. Ni siquiera lo tengo estructurado, ni siquiera tengo dominio sobre él. Tampoco gobierno mis recuerdos. Vienen, se van. No hay un orden muy concreto. Tengo la virtud de saberlos encontrar con bastante exactitud por fechas y no me pierdo mucho cronológicamente cuando voy a por ellos, pero en general vienen movidos por corrientes externas. Saltan por un olor, por una imagen que recuerda a otra imagen o por accidentes que soy incapaz de descifrar: ¿Por qué recuerdo una calle de Vigo en el túnel entre Alonso Martínez y Gregorio Marañón?¿Qué movimientos invisibles suceden en la mente para que salte la imagen de una esquina de Doutor Cadaval cuando el metro atestado avanza por la línea 10? Si ni siquiera puedo manejar el movimiento de mis recuerdos, ¿cómo puedo manejar mi pensamiento, mis ideas? Lo he intentado, he intentado articular un discurso interior, una línea de ideas, pero dificilmente se mantienen a flote. Es un edificio sin estruturas. Todo se deshilacha. Cualquier línea argumental flaquea. Soy constante en mis asuntos, también en mis empeños, pero nada más. En todas las tareas que emprendo me propongo ser amplio e inteligente y en ninguna lo consigo. Siempre pongo empeño, pero nada más que empeño. Esfuerzo no escatimo. No soy perezoso.  Quisiera encontrar argumento y razón para las cosas que hago, pero no, hay un porcentaje elevado que no logro abarcar. Es por eso que las ideas no me pertenecen y mis opiniones son endebles y dudo cuando opino. Es por eso que pienso que siempre hay una opción más a valorar. Tengo intuciones, nociones, instintos casi. Una idea relativa de justicia, una idea relativa de lo que deseo para un mundo honesto y amable. La libertad, la igualdad, la fraternidad. TAmbién agrego la amabilidad. Cada vez creo más en la amabilidad. Siento que buena parte de lo que puedo hacer por el mundo, por vivir en sociedad está en ser amable. Ser amable como un acto de rebeldía en un mundo que no lo es, en un entorno que con frecuencia no lo es, con gente que no la practica, pero ser amable hasta la extenuación, hasta el último momento. LIbertad, igualdad, fraternidad y amabilidad. Eso es la única idea o noción de idea que tiene mi pensamiento. Lo demás todo es difuso y se tambalea en una mente de la que no tengo dominio.

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