sábado, marzo 12, 2005

Vertigo

En estos casos me da por escribir. Una especie de acto reflejo. No pienso en escribir como medio para narrar una historia para contar, utilizo la escritura como via de escape de algo que anda por ahí dentro y que no se muy bien que es.

Ayer estuvimos tomando vinos en un buen bar de vinos. Charlabamos sobre lo que hemos ido sintiendo todo este tiempo, como se han ido quedando cosas atrás. Siento estos dias una especie de soledad, sabiendome de antemano acompañado, no solo. Llego aquí y suelto esto que no es preciso, es una sensación que me ha ido acompañando toda mi vida. Una sensación de estar en una especie de frontera emocional con el resto del mundo. Supongo que todos sentimos eso a veces. Es un saberse, en el fondo, solo. Un eco. Saber que todo tu mundo podria desvanecerse en cualquier momento. He sentido mas veces esto, me he visto ms veces escribiendo sobre esto, en situaciones exageradamente parecidas a esta.

Ahora mismo estoy en mi trabajo, es sábado por la mañana. El edificio esta absolutamente solitario, sé que seis plantas mas abajo, esta el vigilante. De resto seis plantas de silencio, de oficinas vacias, de mesas con papeles muertos, de ordenadores apagados. Abajo, al otro lado de la ventana la ciudad, gente que pasea aprovechando que hoy no hace frio. Me veo aquí, me percibo aquí. Me oigo aquí, respiro, los dedos marcan las teclas rompiendo un posible silencio. Hace unos cuantos años, otro sábado estaba trabajando, hacía guardia, tambien solo, en un edificio casi vacio tambien. Tenía un papel y una maquina de escribir. La sensación y lo que escribía eran absolutamente parecido a esto que hago ahora. El mundo al otro lado, lejano. Supongo que todos sentimos de vez en cuando esto. La lejanía.

Escribo, escribo sin intencion de narrar, solo por seguir. Escribo para mi, por mi. Una necesidad. Estos dias de extrañas nostalgias se me han ido viniendo tantas imagenes. Calles por las que estuve, gente que conocí. Lugares que jamás volveré a pisar. Situaciones que me han ido empujando hasta aquí, con una precisión alucinante. Estoy aquí. ¿Donde están aquellos?¿Donde esta aquello que sucedió una tarde de sábado?. Esas caras que se vienen. ¿Vivirán todos?. Escribo, escribo y escribiría sin parar. Recuerdo aquella vez que escribía como ahora, encerrado en una oficina. Luego la sensación de salir a la calle y mantener aquella sensación. Tomar unas cervezas con alguien y tener ganas de largarme de allí, para siempre. Lo hice, me fuí para siempre. Estamos solos en esto, comprendí entonces. No siento aquella soledad intensa de enotnces, siento otra soledad, una soledad física, pero hay un fondo igual. Una extraña sensación de melancolía de un pasado absolutamente impreciso y dificil de ubicar.

Afuera Madrid, pero podría ser cualquier ciudad del mundo, cualquier esquina del planeta.

No hay comentarios.:

Mi lista de blogs

Afuera