viernes, enero 31, 2025

Los primeros días

 A primera hora sale de casa. Hace dos semanas que ha perdido el trabajo y se ha quedado en estado de bloqueo. El trabajo llevaba mucho tiempo que le parecía aburrido, sin ningún interés e iba cada día motivado, única y exclusivamente, por el ingreso de la nómina a fin de mes. Cuando camina por las calles, desde tempranas horas, sin rumbo, sin guía, sin saber muy bien porque camina sin parar, piensa obsesivamente si no es el trabajo el origen de todos los males de este mundo. También está sumido en un pensamiento desolador: "el dinero es mentira”. Así que recorre calles y calles de su ciudad bajo ese prisma que tiñe la realidad de una sensación de absurdo. Ve los autobuses repletos a primera hora, el transito acelerado de la gente yendo de un lado al otro de la ciudad, el tráfico denso de las primeras horas, los niños saliendo hacia sus colegios, estudiantes universitarios avanzando hacia un futuro indescifrable y casi seguro decepcionante. Está, pues, sumido en una depresión. Pero como todo, la depresión tiene sus capas, sus intensidades y sus matices. Claro que ha perdido el flujo con la corriente exterior, pero también siente una forma de clarividencia, que piensa le puede ayudar para replantear su futuro. No es una depresión paralizante, es una crisis mas bien existencial. ¿Es necesario de verdad participar en todo esto? LA respuesta corta es sí. Es necesario. No hay manera de huir del dinero, pero debe de haber una manera periférica de participar en esto, piensa también. Y asi pasa horas y caminatas enteras. Recorre la ciudad sin orden. LA decisión de su ruta está marcada por pequeñas decisiones puntuales. Gira en una esquina decidió justo en ese i instante. Avanza manzanas y manzanas sin variar el rumbo hasta que vuelve a girar a la derecha decidido dos pasos antes. Siente que ese recorrer la ciudad de manera azarosa le ayuda a reflexionar, a pensar o a dejar de pensar. Quedarse sin trabajo es la manera en la que rápidamente descubres que un solo día te hacen quedar fuera del escenario. Las ciudades, la realidad si cabe llamarlo así es un gran escenario, y cuando te quedas sin trabajo es como si, de repente, fueras un actor secundario que ya no entra en escena. Estás, entonces, detrás, entre bambalinas. Mirando el entramado gigante donde todos interactúan, viendo la escena desde el lugar donde ves los engranajes del escenario. ¿Hay posibilidad de la variar esto? No lo sabe. Se ha dado de margen un par de meses, de momento disfruta las caminatas, de momento tiene tiempo. Poco, pero lo tiene. 

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