sábado, noviembre 07, 2009
Esteárico
Quizá sea el tacto, seguramente sea eso. Me gusta lanzar mis dedos y sentir esas formas de tu piel. También tiene mucho que ver el color variable de esa piel. No hay un tono único, hay una variación que deja ver el principio de varios colores. A veces naranja, por ahí rojizo, marrón, blanco e incluso un azul leve. Me gusta esa forma de fragilidad, si te toco tu piel se hunde, se forma un hueco donde algunas de las tonalidades forman casi una nueva, me gusta porque te hace infinita. Tu forma es siempre variable y es sensible a cada contacto con otro y de cada contacto siempre surge otra forma de ti nueva, que ya no es la anterior, Pero lo que mas me agrada, lo sabes, es lo que siente mi piel cuando toco tu piel, ese tacto único. Esa delicadeza infantil, y no niego que en esta relación todo se mueva bajo esas percepciones infantiles. Pero toco tus formas que coinciden con las que yo te he ido creando con estas caricias, recreo tu cuerpo y también hay algo muy adulto, créeme. Aquí formo tus piernas, aquí tu pecho, aquí, aquí sigo formándote con antojo, aquí giro los dedos con precisión y formo lo que aparece y está, pero es recorriéndote, mientras paso la punta de mis dedos por todas tus formas donde percibo ese tacto único. Es el juego de siempre y te miro y casi te podría oír hablar, casi te puedo ver moviéndote, casi te puedo ver animada, real. Sigo dándote formas. Que no siempre es fácil, porque este material es moldeable, pero complejo. Los colores se mezclan enloquecidos, mi querido muñeco. Es fácil moldearte pero no culminarte, precisar. Y aquí estoy con mis dedos en tu piel, entre la plastilina, creándote, haciéndote casi real y cuando termine te quedarás aquí o te subiré a la estantería donde vivirás en silencio junto a mis otros muñecos de plastilina, mi amor.
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1 comentario:
El tacto muy a menudo es un sentido poco valorado con lo importante que llega a ser...
Muy buen lunes artista!
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