Huele a café en el patio. La mañana está gris y húmeda. He estado orinando unos treinta segundos, escuchando el sonido del pis contra el agua. He pensado que en todo eso, en la mañana, en el ruido, en el olor a café, hay una forma invisible y permanente de música. Una música que alguien lleva siglos tratande de descifrar, de transcribir. No me ha sido dado el don a mi, pero casi puedo oirla y con eso, realmente, casi me conformo.
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