Escribí eso anoche. Luego caminé por la casa a oscuras. La madrugada es radical. Noto que voy envejeciendo, lo noto en la transigencia. Cada vez soporto menos. O eso pensaba anoche, luego se diluyó ese pensamiento, se me pasó durmiendo y despertando descansado. Por la mañana las percepciones se habían ubicado de otro modo, en la madrugada las percepciones se cambian de sitio, se tienen otros pensamientos, otras visiones más radicales de la vida. Anoté lo de descosido. Creo que siempre se cambia, se pasa de etapas. Somos islas, islas remotas, rodeadas de océanos agitados, convulsos, con sus mareas y los ciclos de las corrientes. Y ahí estamos, tierra en medio del mar. Frío atlántico. Un isla es un trozo de tierra descosido.La madrugada es oceánico, inmensa, tremenda. Al final, sin embargo, amanece.
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